Lionne.

Tú...

No eres tu nombre. No eres tu empleo.

No eres la ropa que vistes ni el lugar en el que vives.

No eres tus miedos, ni tus fracasos... ni tu pasado.

Tú... eres esperanza.

Tú eres imaginación.

Eres el poder para cambiar, crear y hacer crecer.

Tú eres un espíritu que nunca morirá.

Y no importa cuántos golpes recibas,

te levantarás otra vez.

jueves, 27 de enero de 2011

Las sombras no la buscan a ella

Me puse frente a ella, pero me dio la espalda y me ordenó que me diera la vuelta. Extasiado, hice lo que me había ordenado mientras pensaba en lo ridículo que era aquello.

—No te muevas —me indicó cuando estuvimos espalda contra espalda—. Protegiendo nuestra retaguardia evitaremos que nos ataquen por sorpresa.

—Bien.

Sabía que no iban a atacarnos con armas físicas. Sabían que era un antiguo soldado de Shinra y no podrían luchar contra mí, por lo que intentarían vencerme psicológicamente. Infiltrándose en mi mente como había hecho Sephiroth, colándose entre mis pensamientos y manipulando mi forma de actuar. Por suerte, estaba preparado.

—Recuerda: paz.

Asentí, y aunque ella no me vio, supo que iba a hacerle caso. Cerré los ojos, haciendo desaparecer de mi vista el campo de flores blancas que se encontraba a nuestros pies. La neblina que nos rodeaba se convirtió en oscuridad cuando mis párpados se unieron.

Empezó. De pronto estaba tumbado, con la mano de Aerith en mi frente. Sonreí para mis adentros, pero algo cambió. Aerith desapareció al instante y me encontré frente a un gran castillo negro iluminado por la luna llena. De las torres más altas surgieron unas sombras tan oscuras como la noche que reinaba en el lugar, las cuales se unieron y dieron lugar a una sola. Segundos después, ésta se convirtió en Sephiroth.

Intentó atacarme con su larga espada, similar a una katana. Yo bloqueé el golpe y traté de alcanzarle con la espada que Zack me había legado, pero por desgracia estábamos en desigualdad de condiciones y mi contrincante volvió a convertirse en humo negro. Salté del edificio en el que estaba y fui a reunirme con Sephiroth, quien me atacó por sorpresa y logró herirme levemente en la mejilla. Noté la sangre correr por mi cuello; en realidad no estaba sucediendo (no físicamente, al menos), pero dolía igual, y me cansaba como si estuviera peleando en el mundo real.

Fue una batalla encarnizada y no parecía que fuese a haber un ganador. Justo entonces me despisté y Sephiroth me golpeó con tal fuerza que me empotró con uno de los grises edificios que estaban a nuestro alrededor. Atravesé la ventana y aterricé en el suelo lleno de escombros, pero me levanté enseguida y fui a atacarle de nuevo. No podía permitirme fallar…

De nuevo otro golpe me pilló por sorpresa. Comenzaba a sentirme cada vez más cansado, y había perdido la fe. De pronto imágenes de la vida real se recortaron contra las mentales, viendo retazos del campo de flores y del rostro de Sephiroth al mismo tiempo. Mi yo real, el que se encontraba junto a Aerith, cayó de rodillas por el dolor y el cansancio, temblando. Noté cómo ella me apoyaba una mano en el hombro, porque si se daba la vuelta la atacarían también, y entonces sí estaríamos perdidos.

2 comentarios:

ClaryClaire dijo...

DianuuU!!! Como te he dicho, me he pasado ^^
Está muy bien me gusta mucho! (siempre digo lo mismo, pero sólo porque es verdad). ?Este es de algún libro??
No me suena el nombre... no sé igual es uno nuevo tuyo xD.
Pues que sepas que está genial,desde luego a ti lo de describir batallas te va bastante jeje
Teqierooo

Kirtashalina dijo...

Claru! Muchas graacias ^^
Gracias de nuevo xD Yo también repito cuando te comento, es que siempre está bien, aunque corrijo constructivamente si veo algún fallo :)
No, no es de ningún libro. Es de una especie de video que vi en youtube, unas escenas que salían al final de una construcción casera con escenas de una peli hecha a ordenador :)

Muchas gracias :) Sí, a mí las batallas me molan xD A pesar de todo, si no tienes algo en lo que fijarte, cuesta mucho más imaginar los golpes y los ataques...

Te Quiero guapaaa :)