Lionne.

Tú...

No eres tu nombre. No eres tu empleo.

No eres la ropa que vistes ni el lugar en el que vives.

No eres tus miedos, ni tus fracasos... ni tu pasado.

Tú... eres esperanza.

Tú eres imaginación.

Eres el poder para cambiar, crear y hacer crecer.

Tú eres un espíritu que nunca morirá.

Y no importa cuántos golpes recibas,

te levantarás otra vez.

jueves, 11 de marzo de 2010

Helicopter

Con precisión milimétrica, apoyó el cuchillo sobre la carne y empezó a cortar. Lo hacía como si le fuera la vida en ello, pero para seccionar un trozo tampoco hacía falta tanto aspaviento. No brotó sangre, pero a nadie le extrañó; el cadáver llevaba varios días muerto. Apenas respirábamos, cualquier cosa con no desconcentrarle. Tenía ganas de decir algo, y estuve debatiéndome en una lucha interna hasta que no pude resistirme.
—Jaky, no creo que para cortar un solomillo a la brasa tengas que hacer los trozos perfectos —solté de carrerilla, ya había pensado mis palabras segundos antes. Jake dejó el cuchillo y el tenedor en el plato bruscamente, y giró la cabeza con lentitud hacia mí.
—Kirta, ¿qué te he dicho sobre desconcentrarme cuando tengo un arma en la mano? —preguntó con voz calmada.
—Pero pendejo, si tú siempre tienes un arma en la mano —constató Alba, cruzándose de brazos.
—Eso —apoyó Clary, mirándonos con sus ojos oscuros.
—Volvamos al trabajo —dijo Jacob, de nuevo cogiendo los cubiertos de plata. Estaba a punto de seccionar otro trozo del solomillo, cuando un temblor recorrió la tierra, sobresaltándonos y alertándonos.
Me levanté de la silla a una velocidad vertiginosa mientras sacaba mi pistola más pequeña del cinturón. Observé el panorama por la ventana; un helicóptero negro estaba aterrizando al lado de la piscina del hotel. Con letras blancas, en el vehículo aéreo ponía: POLICÍA.
—Esto se pone divertido —dijo Jake, soltando el cuchillo y dejándolo en el plato. Iba a dejar también el tenedor, pero se lo tendió a Alba y dijo:—. Toma. Tu tenedor está en la habitación, ¿no?
—Sí, muchas gracias —dijo Alba, cogiendo el tenedor y empuñándolo con fiereza.
—Venga, tenemos que coger nuestras cosas y coger el próximo vuelo para marcharnos de aquí.
—No nos va a dar tiempo a coger todo —declaré—. Tan sólo las pistolas.
—Y la metralleta.
—Y el puñal.
—Y mi tenedor.
—Albi…
—Y mis dagas —apunté.
—Y mis cadenas.
—Y mi patito de goma…
—Albi…
—Kirta, averigua cuántos hay en el helicóptero y cárgate a los que puedas, pero con discreción —dijo Jake, pasando por alto los comentarios de Alba. Yo asentí.
—Habrá muchos, éste helicóptero es más grande que el nuestro —dijo Clara.
—¿Aproximación…?
—Quince, tal vez veinte, si van muy juntos.
—Sexy, encárgate de que al menos el piloto y el copiloto desaparezcan del mapa. Necesitamos que no puedan conducir el helicóptero para que no nos sigan desde el aire cuando nos vayamos.
—¿No podemos matarlos a todos? —preguntó Alba con aburrimiento.
—A no ser de que la mejor voz del mundo sea capaz de matar al escucharla, lo vamos a tener crudo.
—Somos fuertes —dijo Alba con orgullo, inflando el pecho.
—Sí, pero veinte contra uno, en su territorio, no es buena idea.
—Voy a ello —dije, y salí del restaurante del hotel mientras escondía la pistola en el bolsillo de mi pantalón. Que no se fijen en el anormal bulto del bolsillo derecho… Anduve hasta el helicóptero con el paso más seductor que supe adoptar, dejando un poco confuso al copiloto, que había salido del vehículo aéreo.
—Hola —dije casi en un susurro, esbozando una sonrisa en la que conseguí que se me vieran todos los dientes blanquísimos.
—Ho-ola —balbuceó el hombre, visiblemente nervioso.
—¿Por qué ha venido la policía? —pregunté con la misma voz sexy.
—Hay u-unos… unos la-ladrones… sueltos —consiguió decir el copiloto.
—¿Ah, sí? —inquirí con dulzura— Pues yo no sé nada… tan sólo estoy aquí con unos amigos.
—¿Cu-cuántos? —llegó a preguntar él.
—Dos chicas más, y un chico —respondí, sonriente y acercándome al hombre.
—Los ladrones… tam-también son… tres chicas-s y… un-n chico —dijo, borrándome la sonrisa del rostro.
—Sabes demasiado, amigo —dije, y pegando el cañón de la pistola contra su cuerpo apreté el gatillo. Apenas sonó, tan sólo el gemido sordo del hombre y el sonido del roce de su cuerpo contra el suelo de piedra.




Bueno, con esto y un bizcocho... xDDD ¡anda y que os den!!
¡Soy FELIZ! Teeengo un vestido nueeevo y mañana es VIERNES :D

7 comentarios:

Palabras en la noche dijo...

jajjjajj sta mu bn wapisima tekk!!!!

Kirtashalina dijo...

uoh comentario muy currado eh albi

Anónimo dijo...

MIRA DIANA, UNA COSA: COMO NO CONTINUES TE PARTO LAS NARICES!!!!!!! D.P.MD.P.MD.P.MD.P.MD.P.MD.P.MD.P.MD.P.MD.P.MD.P.MD.P.MD.P.MD.P.MD.P.MD.P.MD.P.MD.P.MD.P.M (ME CANSO...) JAJA DE PUTA MADRE DIANAAAAAA TEEK WAPA SIGUEEE

Anónimo dijo...

MIRA DIANA, UNA COSA: COMO NO CONTINUES TE PARTO LAS NARICES!!!!!!! D.P.MD.P.MD.P.MD.P.MD.P.MD.P.MD.P.MD.P.MD.P.MD.P.MD.P.MD.P.MD.P.MD.P.MD.P.MD.P.MD.P.MD.P.M (ME CANSO...) JAJA DE PUTA MADRE DIANAAAAAA TEEK WAPA SIGUEEE

Anónimo dijo...

prk mi comentarioo sale dos putas veces???¿¿¿¿

Anónimo dijo...

prk mi comentarioo sale dos putas veces???¿¿¿¿

Kirtashalina dijo...

jajajaja