El olor de los cerezos altos envuelve los alrededores del puente de piedra. Unas ruedas lejanas traquetean en raíles largos y oscuros como tendones de carbón, pero el humo gris no llega hasta aquí. Anochece en el prado y el sol se marcha con una sonrisa anaranjada. La locomotora se aleja riendo.
Limpiar el polvo de la maleta y dejar las lágrimas encerradas en casa. Ponte el vestido blanco, borra la llave del mapa, entierra as manos en los pétalos claros de las flores del camino. Las luces brillan a lo lejos, una suerte de reflejo al final del túnel; una recompensa después de muchos otoños contando las hojas muertas caer desde la ventana.
Amar una tierra tanto como para abandonar el corazón allí.
Y dejar la vida en el puente de piedra.
Y volver a Italia en primavera.
2 comentarios:
Que bonito. Para ser un micro-relato ha estado muy bien. Cada día tus textos me gustan más. n____n
Muchas gracias Sunny <3
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