Lionne.

Tú...

No eres tu nombre. No eres tu empleo.

No eres la ropa que vistes ni el lugar en el que vives.

No eres tus miedos, ni tus fracasos... ni tu pasado.

Tú... eres esperanza.

Tú eres imaginación.

Eres el poder para cambiar, crear y hacer crecer.

Tú eres un espíritu que nunca morirá.

Y no importa cuántos golpes recibas,

te levantarás otra vez.

miércoles, 17 de noviembre de 2010

Cap 3 - Más vale maña que fuerza

No sabía dónde me encontraba. Tan sólo sabía que me dolía el cuerpo entero, como si una máquina enorme me hubiera aplastado y quebrado todos los huesos, hasta hacerme polvo. Abrí los ojos e intenté incorporarme con una mueca de esfuerzo. Respiré con fuerza, despertando el agudo oído de Sangilak, quien se levantó y caminó hacia mí casi sin ninguna muestra de dolor.

—Veo que tu pata está mejor —comenté en voz alta, mirando los ojos de mi lobo. Él asintió levemente y apoyó su cabeza en mis rodillas desnudas, las cuales descansaban sobre el borde de la cama. Acaricié con suavidad el negro pelaje de mi guardián, pasando las yemas de los dedos por su frente, sus orejas, y llegando a su cuello. Me estiré un poco para acariciarle también el lomo, pero mis músculos no pudieron más y me provocaron un dolor intenso. Sangilak, viendo lo que sucedía, se acercó más a mí para seguir disfrutando de las caricias sin que tuviera que moverme. Desde luego, era el único que lo daba todo por mí, aunque Cora se acercaba mucho. Y de nuevo a la mente me llegó la imagen de la persona que me había salvado, el encapuchado misterioso… ¿quién sería…?

Habían pasado ya varios días desde el incidente en el cementerio. Cora no me había dejado salir de casa excepto para las clases de taekwondo, y aún así ella me había acompañado el noventa por ciento de las veces. Sabía que tenía razón, pero consideraba que seguirme como si fuera mi sombra, era pasarse un poco. Al fin y al cabo tenía a Sangilak (a pesar de que aún estaba un poco cojo), que, aunque la última vez que me habían atacado no había servido de mucho, confiaba plenamente en él. Además, no nos topábamos con un fuerte ninja todos los días; había pocas probabilidades de que volvieran a atacarnos de semejante manera.

O, al menos, eso quise creer yo, y eso me repetí hasta la saciedad para convencerme Pero, aún así, en el fondo, sabía que Cora tenía toda la razón.

Hoy, hemos descubierto que uno de los mausoleos del Cementerio de Piedra, en la Ciudad de Piedra, ha sido parcialmente destruido. Pero no se trata de un atentado casual al lugar de reposo de personas inocentes, más bien al contrario. En el mausoleo se encontraban la tumba de Serafín y Loira SaSale, los rebeldes que, junto con un grupo de desterrados, atacaron al predecesor de nuestro actual presidente; Yago Silverking, causándole la muerte. El mausoleo no se encuentra derruido pero ha sufrido importantes daños…

Enseñaron unas imágenes que aparecieron de improviso, ocupando toda la pantalla. En ellas se mostraba el exterior del mausoleo por la parte delantera, con las puertas abiertas y creando un ambiente fantasmal junto con la neblina que embargaba el lugar, y el cielo gris que amenazaba tormenta. Después enseñaron diversas imágenes del interior del mausoleo, donde aparecía los cristales rotos del ventanal, lo que quedaba de las plantas que había hecho crecer, y unas gotas de sangre en el suelo que habían manado de mi herida.

—…enredadera enorme, la cual está terminantemente prohibida y ha sido arrancada inmediatamente del lugar, pues su cantidad era desmesurada para tan poco espacio y los expertos temían que se reprodujera y creciera con rapidez, esparciéndose por la Ciudad de Piedra. Estamos completamente seguros de que generaron un vegetal de ese tamaño gracias a una poción crecedora, las cuales están terminantemente prohibidas, como todos saben…

Cora, de la impresión por las imágenes y la noticia en general, se detuvo en mitad de lo que estaba haciendo, sosteniendo en su mano derecha un cuchillo afilado y en la izquierda una manzana. Yo me arrinconé en el sofá y apoyé la cabeza en el cuello de Sangilak.

…no se saben las causas del atentado al importante pero profano mausoleo, mas sospechamos que se trata de un vengador de nuestra patria, el cual se ha tomado la justicia por sus manos. Si nos está viendo le felicitamos por tan honorable valor y…

¡¿Qué?! —exclamé, saltando de pronto y asustando a Cora y Sangilak—. ¡¿Las felicitaciones?! ¡¿Al cabrón que ha destruido la casa de mis padres y ha intentado matarnos a Sangi y a mí?!

—Hilda, tranquila —me amansó Cora, siguiendo con su tarea de trocear piezas de fruta en un bol transparente—. Ya sabes que no tienen ni idea de lo que hablan, y ya sabes que las noticias están influenciadas por lo más alto. Créeme que tus padres se están revolviendo en su tumba, y esto a la gente no le deja indiferente. Muchos estarán protestando ahora mismo por semejante desfachatez, el problema es que la mayoría no lo expresan en el exterior. Nadie se atreve.

—Porque son unos cobardes —murmuré, dejándome caer en el sofá.

—Simplemente siguen la ley de vida. Quieren vivir sin complicaciones, y si eso implica aparentar que sienten algo que odian, pues lo harán. Tan sólo desean una vida normal y, a ser posible, plena y alegre. Es muy difícil, por eso los que defienden nuestros derechos son sólo unos pocos.

—Pero, ¿no se dan cuenta —comencé yo, saliendo de mis casillas— de que si nos unimos todos, podemos vencer al gobierno? ¿Es que soy la única que lo ha pensado o qué? Debería darles vergüenza, tengo dieciséis años, bastante menos de la media de edad en esta ciudad y en el mundo entero, ¡y nadie hace nada! Mis padres consiguieron liberarnos de la dictadura de Silverking, y gracias a ellos la gente tiene una vida mejor. ¡Y ahora no hacen nada por evitar que insulten a sus héroes, los que se sacrificaron por los demás!

—Hilda, tienes toda la razón del mundo, pero me temo que eso no va a cambiar nada —suspiró Cora—. Habrá unos pocos rebeldes que intenten lo imposible, pero sin la determinación e influencia de tus padres y un grupo numeroso como el que formábamos antes, están perdidos. Nadie puede librarnos de lo que está ocurriendo. Pero lo peor no ha llegado. No somos conscientes, pero se nos echa algo encima, y muy gordo. Dentro de poco la vida será más complicada.

—¿Por qué? —pregunté, desconcertada. ¿Nos podía ir peor?

—Se acerca la fecha del nombramiento —respondió Cora con una sonrisa triste—. Dentro de dos semanas proclamarán al nuevo presidente. Nadie sabe quién es, nadie le ha visto, nadie tiene la menor idea de dónde ha salido. Pero de lo que estoy segura es de que será peor que el de ahora, y eso que parecía imposible. La tormenta se acerca, Hilda, y no va a ser fácil luchar contra ella. Tendremos que dejarnos llevar por el huracán y conformarnos con el sitio en el que nos deposite —metaforizó—. ¿Te acuerdas de la historia que te contaba cuando eras más pequeña? ¿La del junco y el árbol?

—Ah, sí, recuerdo un poco —fruncí el ceño, intentando rescatar toda la historia de los rincones de mi mente.

—Te refrescaré la memoria. Había un junco y un gran árbol, los dos crecían a unos pocos metros de distancia. Cada uno vivía su vida, pero para el árbol las cosas eran más fáciles. Cuando los pájaros se posaban en sus ramas y a él no le apetecía sostenerlos, las agitaba y lograra que se fueran. Cuando una pareja de ardillas intentaban construir su casa sobre él, éste les gruñía, haciéndoles marchar. Cuando un perro intentaba sentarse bajo su sombra en mitad del caluroso verano, él le asustaba con su gran altura.

>>En cambio, el junco lo tenía más crudo. La más ligera brisa le hacía balancearse, aunque él no quisiese. Además, como estaba en el borde de un lago, cuando flamencos y demás aves iban a bañarse y beber agua, le salpicaban y despreciaban, pues no era más que un pequeño y esmirriado junco. Los pájaros le mordisqueaban si les apetecía y él no tenía fuerza para echarlos.

>>Pero, un día, vino la tormenta. Huracanes, rayos, truenos, de todo. Se aproximaron lentamente al lugar donde vivían el árbol y el junco, amenazándoles. El junco esperó su final con tristeza pero con el pecho bien alto. El árbol, en cambio, se impuso a la tormenta, intentando parar el fuerte viento con sus ramas. Pero todo fue inútil. Un tornado le arrancó de la tierra, matándolo al instante y llevándoselo muy lejos de allí. Sin embargo, el junco, aunque sintió una succión por encima de su cabeza, no se fue a ninguna parte. Permaneció allí, bajo el agua y el viento, pero sin soltar las raíces de la tierra húmeda. Cuando por fin todo volvió a la normalidad, él era el único que permanecía en pie. Porque se había dejado llevar, y no se había impuesto a algo que era más fuerte que él, y que, obviamente, le ganaría a fuerza>>.

Recapacité unos segundos sobre las palabras de Cora. Sí, definitivamente yo conocía aquella historia, aunque hasta ese momento no la recordaba bien.

—¿Somos el junco? —pregunté, dudosa.

—Sí. Debemos dejarnos llevar. Es lo único que se puede hacer.

Dicho esto, se levantó y, tras darme un beso de buenas noches, se fue a su habitación con el bol lleno de trocitos pelados de manzana troceada. Me puse en pie yo también, animando a Sangilak a que me imitara, y fuimos los dos a mi habitación.

Me senté en el borde de la ventana, observando la ciudad en la noche. Las luces me hipnotizaron y me dejaron pensar con libertad.

— Tendremos que dejarnos llevar por el huracán y conformarnos con el sitio en el que nos deposite… porque cuando por fin todo volvió a la normalidad, el junco era el único que permanecía en pie… se había dejado llevar, y no se había impuesto a algo que era más fuerte que él, y que, obviamente, le ganaría a la fuerza —repetí unas frases que había dicho Cora. De repente una idea me vino a la cabeza y la murmuré en voz baja, sólo para mi lobo—. Pero ¿y si no le ganara a la fuerza? El junco es flexible, hábil, menudo e inteligente… y, como siempre dicen… —añadí con una pequeña sonrisa, mientras mi lobo aullaba a la luna— más vale maña que fuerza.

6 comentarios:

ClaryClaire dijo...

Dianu de verdad stoy aciendo el trabajo pero te juro k me lo leere tekierooo!!!

Kirtashalina dijo...

jajaj vale!
Tequiero claru :)

ClaryClaire dijo...

Ya lo leeiii!!!joo diii muy bonitoo jaja mu bien te vas superando a ti mismaa ee!! tekierooo!!

La sonrisa perdida dijo...

Me gusta mucho :)
Me hago seguidora !
Gracias por pasarte por mi blog (KK)

Esperanza Luque dijo...

me encanta :)
tienes facebook?

Kirtashalina dijo...

sí, tengo! Pero no está dedicado a las novelas.

Diana Kirtashalina Palace Pendejos (como Tuenti. Ya sé que no es muy fácil de escribir ni memorizar ^^)

Y muchas gracias!