Lionne.

Tú...

No eres tu nombre. No eres tu empleo.

No eres la ropa que vistes ni el lugar en el que vives.

No eres tus miedos, ni tus fracasos... ni tu pasado.

Tú... eres esperanza.

Tú eres imaginación.

Eres el poder para cambiar, crear y hacer crecer.

Tú eres un espíritu que nunca morirá.

Y no importa cuántos golpes recibas,

te levantarás otra vez.

domingo, 31 de enero de 2010

Rikku

Me asomé a la barandilla y observé el panorama. Estaba en un gran espacio público: Gunar. Se trataba de un recinto cerrado, la mitad de grande que nuestra gigantesca ciudad, con un escenario de cien metros de altura y las gradas, de doscientos metros más. El escenario era una gran escultura dorada de un Golem con una larga espada azulada y brillante en cada mano, espada que quemaba de verdad si la tocabas. Encima de la cabeza del Golem se situaba la plataforma que constituía el escenario en sí. Miré hacia el techo; se situaba a mucha distancia de nosotros, giraba constantemente a una velocidad regular, y las espirales azules que había grabadas en el metal de la cúpula en movimiento producían un efecto ligeramente hipnotizante.
De pronto, la música comenzó a sonar mientras el Golem movía los brazos, con las espadas en las manos, y se los ponía cruzados delante del pecho, creando una cruz dorada, con los extremos azules. Mientras, cerca de una treintena de pequeños platillos volantes plateados, con una cúpula de luz, ascendieron desde el suelo, debajo del escenario, y giraron alrededor del escenario haciendo un foco de luz blanca, creando círculos en el suelo del escenario, que ya estaba ligeramente iluminado y azul. La rápida música hizo una pausa de un segundo, y en ese segundo una bola de luz y cintas de color blanco apareció a unos metros por encima del escenario, cayó a una velocidad alarmante, y cuando tocó el suelo del escenario, la bola de luz se transformó en mi compañera.
Estaba vestida con una camiseta azul oscura de tirantes que se ataban al cuello, con un escotazo impresionante y una tela blanca en los límites de la camiseta, reduciendo un poco el escote. La camiseta era corta y funcionaba de top, y después de la unión de los dos extremos de la camiseta en el pecho, ésta se abría y dejaba ver un poco más de su piel, como si no se hubiera cerrado del todo la camiseta, abierta por delante. En los brazos tenía cintas azules igual de oscuras que la camiseta, casi negras, que le llegaban desde el hombro hasta la muñeca, aunque desde ahí hasta el codo, debajo de las cintas, tenía una tela azul que sobresalía en el extremo de la mano, creando la impresión de que tenía dos mangas largas. Tenía una mini-minifalda azul oscura, también con los límites de tela blanca, con un cinturón negro de hebilla plateada, de donde colgaba una tela del mismo color que las de los brazos.
Comenzó a cantar al compás de la música, y el público rugió. Saqué mis prismáticos del bolsito que llevaba atado a la cintura y observé cantar a Yuna. Varios hombres bailaban detrás de ella, pero ésta les eclipsaba. De pronto, cuando ella llegó al estribillo, sentí una vara metálica rozarme el hombro. Me volví de golpe, sacudiendo mi melena rubia y mis trencitas doradas, y soltando los prismáticos, y ante mí me encontré a un hombre de piel grisácea, con el traje de los soldados reales de Su Majestad, y mirándome con cara reprobatoria.
—Usted no debería estar aquí —dijo, frunciendo el ceño—… Aquí…
No le di tiempo a acabar la frase. Saqué mis cuchillas rojas de las fundas inundadas de veneno que colgaban de mi cinturón y le atravesé de parte a parte en un santiamén. Se tambaleó un poco e intentó golpearle con su vara metálica, mientras se desangraba, pero yo me agaché e hice un giro, poniéndole la zancadilla con la pierna a la altura de los tobillos, y haciendo que se cayera. Él aterrizó en el suelo, inerte, y al hacerlo le dio un golpe a mis prismáticos, que cayeron al suelo de más abajo, rompiéndose en mil pedazos. Yo, mientras volvía a apoyarme en la barandilla, chasqueé los dedos.
—Vaya —dije, fastidiada—. Realmente me gustaban aquellos prismáticos.

4 comentarios:

Rhynor dijo...

jaja ke tal e puesto ya como 5 comentarios y no se publikan no se porke pero ya ke ni modo ke los ponga de nuevo ke ya olvide lo ke decian xD
oye tia ke me e kreado un blog xD
voy a empezar a colgar mis canciones
oye ya conectate o algo
kiero ablar contigo ke ace mucho ke no ablo

Rhynor dijo...

odio eso de los videojuegos
ke ponen a las tias con un cuerpo y con una ropa de puta
pero ya ke
perdon si te enfada eso es ke no se ke decir y fue lo priemro ke pense

LaDamaLobuna dijo...

jajajaja tieness razonn.. pero bueno seguire poniendo fotos XD

Palabras en la noche dijo...

jaajajaj konversacion de besugos al poderrr!!