Lionne.

Tú...

No eres tu nombre. No eres tu empleo.

No eres la ropa que vistes ni el lugar en el que vives.

No eres tus miedos, ni tus fracasos... ni tu pasado.

Tú... eres esperanza.

Tú eres imaginación.

Eres el poder para cambiar, crear y hacer crecer.

Tú eres un espíritu que nunca morirá.

Y no importa cuántos golpes recibas,

te levantarás otra vez.

martes, 10 de septiembre de 2013

winter

echo de menos el invierno.
echo de menos construir un nido entre mantas y palabras y sentir el calor que rezuma mi propia sonrisa. las noches en vela, las letras de canciones susurradas, los labios y las manos vibrantes. echo de menos el chisporroteo que desprenden a veces los ojos al mirar, las risas ahogadas y las carcajadas que resuenan en el pecho. el rincón en el que rebosaban las imágenes bellas, las fantasías, todos los dulces sueños que tuve y quise tener. sentir el calor en la espalda y en las manos. y una explosión en el estómago con cada parpadeo.
echo de menos el invierno y el color rojo.
los echo de menos porque el rojo es calor, alegría, fuerza, pero también es sangre, dolor, intensidad. igual que el invierno. son distintos, pero completamente iguales; son las dos caras de una misma moneda. las dos caras de las nubes de tormenta y los guantes de lana.
sobrevivir al invierno implica torturarse con esos recuerdos que —dices— deberías borrar de tu memoria para no sufrir, pero que en realidad jamás te atreverías a olvidar. implica esa sensación de nostalgia, de extraña soledad, como si después de pasar toda tu vida en una habitación desapareciera uno de los muebles. el vago convencimiento de que volverá y la firme certeza de que es imposible. y los billetes de tren acumulados en cajas brillantes.
echo de menos el invierno, porque ahora vivo un invierno, pero necesito el. y nunca volverá, y lo sé, y por eso no puedo evitar alzar la vista en aquel pasillo, y contemplar el color rojo allá donde lo veo —el vestido italiano que compré en Florencia, la portada del libro que no llegué a leer nunca, la carátula del CD que ya no me atrevo a escuchar—, y sentir todas las ruinas y el olvido fluir por ellas.
y el dolor no se va.

y echo de menos el invierno.

2 comentarios:

Paula (yuna6785) dijo...

Como siempre precioso, me encantan tus metaforas y el como asocias tan bien los colores con significados y hechos, despiertas muchos sentimientos. En serio admiro tu forma de escribir, me emociona a cada relato tuyo.

Kirtashalina dijo...

Muchísimas gracias Paula <33